Disforia Societal
Los roles de género existen, y por mucho que intentemos desafiarlos y señalar el sexismo que existe, siempre habrá expectativas sobre las personas por su género. Las más cimentadas están en los roles maritales y parentales; “Esposo”, “Esposa”, “Madre”, “Padre”, estos términos vienen con una enorme carga detrás de ellos, y el rol equivocado, o incluso cualquier rol, puede sentirse como un chaleco de fuerza. Te es dado un reglamento lleno de comportamientos y acciones, gustos y disgustos, que se espera que sigas a la letra, y si fallas en cumplir esos requerimientos entonces eres vistx como una mala esposa o esposo, o como un mal padre o madre.
Una persona AFAN embarazada puede experimentar una disforia severa alrededor de ser etiquetada como madre. La gran mayoría de los recursos para el nacimiento son extremadamente generizados a lo femenino, así que el simple proceso de concebir, llevar el embarazo y dar a luz, está excepcionalmente cargado con expectativas de género. Si estás embarazadx entonces se te etiqueta como mamá, sin importar cómo te sientes respecto a tu rol, y con ello vienen un montón de asunciones. Presunciones sobre el cuidado, la lactancia y la crianza.
Individuos trans femeninos con “passing” también se encuentran con esto. Si estás sosteniendo a un bebé o atendiendo a un infante, entonces eres etiquetada como mamá (a menos de que el niñx sea de otra raza, en cuyo caso serás degradada a nana, pero ese es un tópico totalmente diferente). Esto puede ser validante, porque es un signo de que has sido vista como una mujer, pero también puede ser sumamente invalidante cuando las mujeres cis empiezan a hablar sobre lo que creen son experiencias compartidas sobre el proceso reproductivo.
Algunas formas inesperadas en que puede aparecer la Disforia Societal son en la necesidad de conformarse a los estándares sociales de tu verdadero género. Por ejemplo, muchas mujeres trans tienen historias acerca de sentir que necesitan cubrir su pecho antes de la transición por una sensación intrínseca de pudor. Tener incomodidad al nadar en topless es un rasgo común, incluso cuando no hay una comprensión del verdadero yo; simplemente se sabe.
Vergüenza
El fracaso para alcanzar estos roles se manifiesta intensamente como vergüenza y humillación. Crecer en el clóset y forcejear para encajar en los estereotipos comunes de género, usualmente resulta en señales de decepción de los padres y pares que esperaban lo contrario. Un padre puede estar decepcionado de que su niñx AMAN no desea involucrarse en deportes u otras actividades masculinas. Pares femeninos pueden demostrar desaprobación de que unx adolescente AFAN escoja pasar el tiempo en un círculo social de chicos. Los chicos adolescentes pueden excluir a una persona trans AMAN que no se une a su estilo de humor.
TEste tipo de situaciones puede llevar a abuso y acoso, empujando a la persona trans a sentirse aislada, sola, y fuera de lugar. Esta sensación de división luego crea sentimientos de vergüenza por fallar en ser la persona que se esperaba que fuera. Después se manifiesta como depresión, encima de otros tipos de disforia, combinándose a su dolor.
Guilt is a byproduct of shame, shame is a byproduct of transphobia, and transphobia is a byproduct of lies based in fear.
Once you realize this, you can begin to see “trans” for what it is...a beautiful manifestation of nature. A gift to be cherished, not a curse to be hidden.
La vergüenza se vuelve especialmente intensa al momento de revelarse así mismxs como trans. Amigxs y familia transfóbica teniendo una reacción negativa, a veces incluso violenta, a una persona trans saliendo del clóset, convierten esa vergüenza en una sensación de extrema culpa y deshonra. Un adulto trans en un matrimonio puede sentir una enorme cantidad de remordimiento de volcar la vida de su pareja al revelar su identidad. Pueden esperar reproches de sus vecinxs y pares, y miedo de como afectará a su pareja y/o hijxs.
Esto también es una forma de disforia de género, pues estas influencias no se sentirían si la persona fuera cisgénero.
La otra forma en que la vergüenza entra en juego, es en la transfobia sistémica presente en nuestra sociedad. Los adultos trans de hoy crecieron mirando medios transfóbicos en su infancia. La obsesión transexual de finales de los 80’s y principio de los 90’s, fue horriblemente traumática para lxs niñxs trans de esa época, mirando como todos los adultos y pares alrededor de ellxs se reían, bromeaban y se asqueaban con personas con las que no solo se identificaban, sino con las que empatizaban fuertemente y admiraban. Esta vergüenza se queda con nosotrxs nuestra vida entera; es una razón fundamental por la que muchas personas trans no salen del clóset hasta finales de sus 30’s o más tarde, pues sólo al haber alcanzado la mediana edad, son capaces de superar esa vergüenza.
La vergüenza se suele acumular hasta que se desborda en acciones radicales. Un aspecto muy común entre las historias de las personas trans, son ciclos en los que iban construyendo su presentación, luchando cada vez menos contra sus sentimientos, hasta que repentinamente se sienten rebasados por la vergüenza y se despojan de todo, haciendo un voto de nunca más intentar perseguir esos sentimientos. Este patrón se repite una y otra vez.
Citas y relaciones románticas
I get the thinking. Trans girls grow up falsely believing they're guys, and so are assumed/expected/raised to experienced and express normative heterosexual attraction to women. If you're a trans lesbian, you transition, but you're still into women. So it's the same, right? No
So let's talk details. To begin with, it's worth pointing out that most trans lesbians don't exactly experience normative heterosexual attraction to women in the same way that cishet men do. Dysphoria and confused gender feelings mess with that a whole lot
Before I transitioned, just the thought of doing any sexual or romantic with a girl made me nauseous, because doing that would feel like I was adopting a masculine role - the role of the boyfriend, the male lover - and that kicked my latent dysphoria into overdrive
When I first transitioned, my family and friends assumed I was going to be solely or primarily interested in men. Every mainstream cultural message I'd ever absorbed about women (including trans women) told me I needed to be into men
Many trans healthcare systems operate on a really really crude system where a cis doctor asks you a bunch of stuff like 'what toys did you play with as a child?' to see if you match up well enough with what a woman is "supposed to be". And women are "supposed to be" into men
So, there's a lot of internal and external pressure faced by trans lesbians to disavow their own lesbianism and experience attraction to men. This is nothing like what any straight man experiences, but it is a whole lot like what cis lesbians experience!
One last thing is, the way it feels to be a trans lesbian experiencing attraction, sex and romance to other women. It doesn't feel like cishet attraction. It's not burdened by any of those weird, crude expectations. I don't recognize any of that in my life
When I read cishet experiences of their sexuality, I feel nothing but alienation. When I read lesbian experiences, they resonate with me deeply and I recongize those things in how I experience my sexuality with the people I love and am attracted to
La Disforia Societal tiene un fuerte rol en los rituales de cortejo. Ser forzadx a ser el novio o novia, cuando no eres un chico o una chica, es en extremo desorientador y usualmente se siente injusto. Las personas AMAN pueden encontrarse deseando que fuesen ellxs quienes recibieran los mimos, y las AFAN pueden sentirse sumamente incómodas con la cantidad de atención que reciben de sus prospectos (más allá de la incomodidad que experimenta una mujer, pues se incluye la atención genuina y no solo la atención indeseada). Las expectativas que se vierten en ellxs por sus parejas para llenar estos ritos de cortejo puede sentirse como una pesada carga que sostener. En contraste, tener citas y relacionarte en tu verdadero género se vuelve eufórico. Cómprale flores a una chica trans, y verás como se desmaya de la emoción.
Una persona trans en el clóset puede sentir tanta presión para ajustarse a la heterosexualidad, que suprimen sus propios instintos con respecto a las relaciones y toman un rol performativo. Muchas mujeres trans han intentado actuar el rol de un esposo heterosexual con su mujer, sólo para darse cuenta al transicionar de que en realidad prefieren un rol sumiso y un hombre como pareja. Puede que ni siquiera se sientan atraídxs a las mujeres.
Más allá de la incomodidad, muchas personas trans se dan cuenta de que las dinámicas relacionales que han experimentado, simplemente no se ajustaban a lo que parecían. Muchas personas trans se dan cuenta tras la transición de que en realidad nunca han salido con una persona cis de su género asignado, teniendo siempre en su lugar, relaciones románticas que se ajustaban a su verdadera identidad. Relaciones homosexuales y lésbicas tienen patrones completamente diferentes a los de las relaciones heterosexuales; diferentes rituales de cortejo, diferentes percepciones, diferentes estilos de comunicación. Los hombres se relacionan diferente con otros hombres de lo que lo hacen las mujeres, y las mujeres lo hacen de forma diferente con otras mujeres que con hombres, incluso cuando ni siquiera saben si son hombres o mujeres.
Por ejemplo, yo misma me he dado cuenta, tras salir del clóset con mi esposa, de que todos mis intentos previos de relacionarme han sido absolutamente sáficos en su naturaleza. Lo primero siempre ha sido volvernos buenxs amigxs. Las citas nunca eran etiquetadas como tal porque solo nos sentábamos a hablar sobre algo, y a pasar el tiempo juntxs. Consecuentemente, muchas de mis relaciones terminaban porque simplemente estaba muy asustada para hacer el primer movimiento para acabar con la amistad. Pasaría la mitad de mis horas en el día pensando sobre ellxs y queriendo estar cerca suyo, no por deseo sexual, sino por mi pasión personal. Mi primera novia me dijo sin rodeos en nuestra primera cita que yo no era como ningún hombre con el que hubiera salido, porque disfrutaba mucho hablar en lugar de intentar llegar a lo físico. Ella terminó conmigo dos meses después porque no era tan asertivo como ella esperaba de una pareja.
Todo esto se vuelve aún más complejo para las personas no binarias, algunas de las cuales pueden describir su estilo de relacionarse como Queer.