¿Cuál es la causa de la disforia de género?
Esto es lo que sabemos hoy. Si has visto Jurassic Park puede que recuerdes esta escena:
Esto no es ciencia ficción, aunque está muy simplificado. En los fetos humanos las gonadas se desarrollan inicialmente en un estado bi-potencial, lo que significa que pueden convertirse tanto en ovarios como en testículos. El gen SRY en el cromosoma Y libera una proteina llamada Testis-determining Factor (TDF). Esta proteína luego comienza una reacción en cadena con la producción de SOX9 (otra proteína), lo que causa que las células germinales se transformen en las células Sertoli y Leydig que conforman los testículos. Si nunca se produce la TDF o si se interviene entonces las células germinales se transforman en las células Thecca y los folículos que conforman los ovarios.
Una vez formados, los testículos empiezan a producir una ráfaga de testosterona que típicamente comienza en la octava semana de gestación y continúa hasta la semana 24. Esta ráfaga, combinada con otra hormona de la placenta, es responsable por el desarrollo del pene y del escroto. La formación de los genitales comienza alrededor de la novena semana y se vuelve identificable en la onceava semana. Si la ráfaga no ocurre, o el cuerpo no responde a ella (como en el caso del Síndrome de Sensibilidad Androgénica) entonces los genitales se transforman en la vulva, la vagina y el útero.
Si hay una interferencia en este proceso entonces puedes terminar con los genitales equivocados, y ese es el resultado de muchas condiciones intersexuales. A menudo esto es un desarrollo parcial, donde los genitales externos sólo se forman parcialmente, pero las gónadas funcionales existen de todos modos; a veces el infante puede tener genitales femeninos o masculinos completamente funcionales, pero con gónadas no coincidentes. A veces la proteína TDF fracasa en liberarse y el feto genera órganos femeninos reproductivos completamente funcionales, a pesar de la presencia de un cromosoma Y.
Esto es conocido como el síndrome de Swyer, y un número desconocido de mujeres puede tener esta condición. En el 2015 una mujer XY con síndrome de Swyer que nació sin ovarios llevó y parió exitosamente a un bebé a través de FIV (fertilización in vitro). Usualmente el síndrome de Swyer resulta en ovarios completamente no funcionales, pero en el 2008 fue encontrada una mujer con síndrome de Swyer que pasó por la pubertad, menstruaba normalmente, y había tenido dos embarazos sin asistencia. Su condición no fue descubierta hasta que se descubrió que su hija también la tenía.
El hecho es que, la vasta mayoría de la población nunca ha sido examinada por su cariotipo, así que no sabemos qué tan comunes son estos casos en realidad. ¿Cómo afecta esto la identidad de género? Bueno, exactamente el mismo proceso que causa que los genitales se diferencien también ocurre en el cerebro.
Cerebro dividido
El cerebro prenatal no comienza realmente a desarrollarse hasta entre la semana 12 y 24. La corteza cerebral, la delgada capa exterior que contiene la mayor parte de nuestro consciente, crece substancialmente durante esos periodos de tiempo. Antes de eso, la estructura presente es más similar a un andamio, las partes básicas necesarias para la función del cuerpo. Los surcos primarios (las ranuras en la corteza cerebral que permiten mayor área superficial) comienzan desde la semana 14 [EN], bastante después de que los genitales se han desarrollado.
Ha sido confirmado múltiples veces mediante estudios de resonancia magnética que hay pequeñas pero significativas diferencias entre los cerebros de hombres y mujeres cisgénero, diferencias que se alinian con las identidades de género de las personas trans que se estudiaron. Nota, esto no significa que cualquiera con esas diferencias tendrá ese género, porque la identidad de género no es tan simple, pero provee evidencia que hay una clara diferencia entre cerebros masculinos y femeninos.
Un cambio en los niveles de testosterona en el feto después de la onceava semana puede impactar directamente la masculinización de la corteza cerebral y otros cambios en la estructura del cerebro. Esto se ha examinado una y otra vez en estudios de niñxs AFAN con HSC (hiperplasia suprarrenal congénita) y (SICA) síndrome de insensibilidad completa a los andrógenos.
Encontramos una relación significativa entre la testosterona fetal y comportamientos sexualmente diferenciados de juego tanto en niñas como niños.
— La Testosterona Fetal Predice el Comportamiento Sexualmente Diferenciado en la Niñez para Niñas y Niños
Un exceso de testosterona en el cuerpo de la madre durante el segundo trimestre puede (y lo hace) causar masculinización del cerebro en un feto externamente femenino, y el interferir con la producción o la absorción de testosterona puede (y lo hace) causar la fiminización de un geto externamente masculino. Esta interferencia no tiene que ser de origen externo, tampoco. Un número indeterminado de características genéticas pueden causar que el cerebro responda de manera diferente a la testosterona.
Un estudio bastante grande de individuxs transgénero publicado en 2018 encontró varios genes clave que fueron estadísticamente más propensos a ser largos entre mujeres trans (largos, en este contexto, quiere decir que poserían más fragmentos repetidos). Individualmente, estos genes pueden no tener un impacto lo suficientemente fuerte para interferir con la masculinización, pero definitivamente pueden reducir la abilidad del cerebro fetal para masculinizarse en conjunto. Estos genes son heredados de progenitorxs a hijxs, dando credibilidad a la tendencia de lxs progenitorxs trans a tener hijxs trans.
El Género es Biológico
Tristemente, la sociedad occidental ha entorpecido activamente el que tengamos una comprensión más profunda del género. Las civilizaciones antiguas lo entendían bien, pero el colonialismo las eliminó del mapa. Hace cien años, había científicos en Alemania que estudiaban activamente la medicina transgénero, logrando avances extraordinarios, hasta que los nazis quemaron todas sus investigaciones en 1933. Las presiones conservadoras y fascistas en en la actualidad han entorpecido el avance de la medicina transgénero siempre que han podido.
No obstante, el progreso sigue, y cada pocos años aprendemos un poco más.
Lo que sabemos a ciencia cierta es que no es una condición fisiológica, ni algo causado por traumas o influencias externas: nada puede hacer a una persona transgénero. Sucede en el vientre y no es algo que una persona pueda elegir más de lo que puede elegir su raza o el color de sus ojos. No tiene nada que ver con la orientación sexual, no tiene nada que ver con kinks o fetiches, no tiene nada que ver con las influencias sociales de sus progenitorxs o sus compañerxs. Lxs Niñxs Transgénero Tienen Identidades tan Firmes como lxs Niñxs Cisgénero..