Disforia de Presentación
Ropa. Cabello. Maquillaje. Joyería. Anteojos. Piercings y otras modificaciones corporales. Incluso la higiene personal puede ser un factor de la presentación, tal como el depilado del vello corporal, o cómo cuidas de tu piel. Todas estas cosas son generizadas por la sociedad, especialmente la ropa y el cabello.
Mientras que la revolución sexual de los 1960’s y la manía de la industria de la moda de los 80’s hicieron maravillas para difuminar la línea entre las presentaciones masculina y femenina (mayoritariamente al normalizar la moda masculina como andrógina), aún hay enormes presiones para conformarse con las normas tradicionales de género. Utilizar ropa sin género es marcado como queer tan instantáneamente, que siempre que una mujer usa un traje sastre es identificada como lesbiana, y un papá que se pone un disfraz de Elsa porque su hijo quiere tener una fiesta de Frozen, es etiquetado como subversivo y abusivo con su hijo.
El cabello largo en los hombres ha sido visto como un acto de rebelión rockera por décadas, y los hombres con cabello largo son discriminados como vagos y perezosos. Una mujer con cabello corto es frecuentemente leída como queer o “marimacha” (a menos que sea mayor, en cuyo caso es esperado), y las mujeres usualmente son presionadas a mantener su cabello largo. Las orejas perforadas en los hombres fueron algo normalizadas en los 90’s, pero aún es visto como un acto de rebelión, y algunos empleadores no permiten que los hombres usen aretes. El maquillaje en los hombres está tan estigmatizado por la masculinidad tóxica, que incluso los hombres a los que les gusta, se sienten presionados a evitarlo.
Nos guste o no, nuestra presentación ante el mundo es generizada, y es extremadamente común para las personas trans querer presentarse a sí mismas en los atuendos de su verdadero género, y el deseo de estar libres de las cadenas de esta generización es común entre todas las personas trans, sin importar en dónde se sitúen dentro del espectro de género. Para individuos AMAN, se puede manifestar un deseo de incorporar elementos más femeninos, para personas AFAN se puede manifestar en querer una apariencia más masculina. Puede venir como un empujón total hacia el lado opuesto de su género asignado, o el deseo de encontrar un término medio en búsqueda de la androginia. Puede simplemente ser un deseo de no presentarte en tu género asignado.
No todas las transfeminidades son femeninas, no todas las transmasculinidades son masculinas, no todas las personas no binaries buscan la androginia. Las personas trans AMAB masculinas (o butch) son válidas, las personas AFAB trans femeninas son válidas. Presentación no es igual a género, y género no es igual a presentación.
La disforia de presentación típicamente aparece temprano en la forma de una fascinación con el estilo de otro género, y un deseo de ser capaz de presentarse como las personas de ese género lo hacen. El deseo puede ser llenado de alguna forma al buscar un estilo unisex, pero típicamente ese deseo es desmotivado por la misma persona con enunciados como “no tengo suficiente confianza para intentar eso”. Las personas AMAN frecuentemente se encuentran con problemas aquí cuando este deseo se queda atrapado detrás de las expectativas heteronormativas, causando que un interés en la presentación femenina sea malinterpretado como deseo sexual.
La disforia en la presentación post-transición, usualmente sólo se presenta como mucha incomodidad cuando se intenta en el género asignado. Puede ni siquiera ser sobre cómo luces, sino la forma en que la ropa te hace sentir. Durante el primer año y medio de mi propia transición no podía soportar usar playeras unisex porque me hacían sentir más masculina. Aún ahora tengo que cortarlas del cuello, porque el cuello cerrado me hace sentir disfórica.
Efecto de la Presentación en la Disforia Física.
When you get ready to go, you just roll out of bed and throw on whatever. You don't really do any self-grooming, or care about what's on your body. You're a little proud of your lack of vanity, your deeper, non-appearance-level existence.
Your clothes are chosen almost entirely for comfort. And for you, comfortable means loose and baggy. You can't stand wearing clothes (that others claim are flattering!) that are close-fitting in the wrong places, that draw your own attention to certain parts of your body.
Clothes shopping for yourself is a hassle at best and a source of stress and anxiety at worst. When you do find clothes that fit and look okay, they don't make you *happy*. You don't feel more confident in them. You're just relieved you can go home.
Occasions where you *must* dress up, like weddings and funerals and job interviews, are the worst. Even after all of the grooming and wardrobing, you feel self-conscious and awkward in formalwear. It makes you feel *fake,* like a lump of sludge pretending to be a fancy person.
La ropa también puede jugar un rol mayor en el nivel de disforia física que una persona experimenta. La ropa de hombre siempre se confecciona como una caja, recto arriba y abajo en la línea vertical y muy cuadrado en la horizontal. La ropa de mujer es cortada para más curvas, acentuando las líneas de cintura y cadera. Los pantalones de hombre tienen la entrepierna más larga para dar espacio a genitales externos, y no presentan curvas, mientras los pantalones de mujeres son lo opuesto. La ropa de mujer generalmente se amolda a la figura, mientras la ropa de hombre rara vez lo hace. La ropa de hombre frecuentemente se hace de materiales más gruesos y resistentes, destinada a ser utilizada en una sola capa. La ropa de mujer usualmente está hecha de materiales más delgados y elásticos, donde se espera que se usen en capas.
Como estas estructuras están pensadas para encajar en la forma masculina o femenina, tienden a amplificar la sensación de otredad. Un efecto clásico es la forma en que la diferencia entre los jeans de hombres y mujeres puede tener un efecto radical en el nivel de comodidad de una persona trans. Desafortunadamente, esto trabaja en ambos sentidos, pues incluso ropa afirmativa a tu género puede revelar qué tanto tu forma desencaja.
Yo soy muy femenina en mi presentación preferida, y tenía el anhelo de usar vestidos desde que tenía cinco años. Aborrecía usar trajes, odiaba la forma en que se ajustaban a mi cuerpo, dado que siempre se tiraban en formas que se sentían muy incorrecto para lo que mi cuerpo necesitaba. Me rehusé a utilizar mezclilla la mayor parte de mi vida porque los jeans masculinos siempre se sintieron incorrectos (jeans y leggins de mujer, sin embargo, se sienten increíbles). Después, conforme me adentré en mi transición y empecé a presentarme de forma más femenina, mi disforia golpeó de nuevo con las formas en que mi cuerpo no se acomodaba a las expectativas de la ropa de mujer (tenía demasiado en la entrepierna, muy ancha y grande en los hombros, muy grande en la cintura, y no lo suficientemente grande en el pecho). Fue hasta el segundo año, cuando había experimentado suficientes cambios en mi cuerpo, que la ropa de mujer afirmaba apropiadamente mi forma.
¿Cómo luce esto? Bueno, se parece mucho a otros problemas de imagen corporal. Una tendencia a evitar cualquier cosa entallada, y preferir telas más suaves y sueltas en la ropa. Una tendencia clásica en la disforia de género es la del niñx que no usa nada más que pantalones deportivos y sudaderas. La ropa será de tallas más grandes para evitar que se amolde al cuerpo. Las personas AFAN pueden preferir usar brasieres deportivos de compresión para minimizar su pecho, y evitar cualquier cosa con una cintura entallada.
Feeling envious of other girls for being pretty is a thing that many many women feel. Dysphoria is a real headfuck of a layer on top of that feeling, yet I just wanna say that if you’re a trans woman feeling envious of another trans woman, that’s you being a actual woman.
Internamente se manifiesta con mayor frecuencia como intensos celos de las personas que desearías que pudieras ser. Celos de la forma de una celebridad, un fuerte deseo por el vestuario de una persona en la calle, y especialmente, envidia de otras personas tras. Este sentimiento regularmente persiste aún en la transición, porque esta sensación de querer ser como otras personas de tu género es completamente natural, aún para las personas cis.
Efecto de la Presentación en la Disforia Social.
La presentación puede ser importante para evitar la malgenerización, especialmente iniciando la transición. Muchas personas trans sienten la necesidad de actuar en su género para ser aceptadas como son, adoptando presentaciones mucho más femeninas o masculinas de lo que realmente querrían para compensar por su cuerpo y asegurarse de que las personas les genericen correctamente. Aquellxs persiguiendo una transición quirúrgica pueden descubrir que esta necesidad se vuelve menos importante conforme su cuerpo cambia y se vuelve posible que se les generice correctamente sin toda la actuación.
La presentación performativa era prácticamente requerida antes de que se reformara la WPATH en el 2011; cualquiera que acudiera a cita con un doctor sin una presentación extremadamente masculina o femenina, estaba en riesgo de ser etiquetadx como falsx y perder su tratamiento bajo la Escala de Harry Benjamin. Las mujeres trans de hecho podían perder sus estrógenos simplemente por usar jeans y una blusa en lugar de un vestido, o por no usar suficiente maquillaje. Esta es una de las razones por las que la ideología transmedicalizada es tan peligrosa, nos regresaría a este sistema, etiquetando a cualquiera que no cumpliera los estándares de feminidad o masculinidad como una persona que en realidad no es transgénero.
PLa presentación es especialmente importante entre niñxs preadolescentes, pues carecen de características sexuales secundarias relevantes. La ropa y el cabello son las únicas formas que tenemos para mostrar el género de un niñx, tanto que, si un bebé tiene una camisa rosa, los extraños asumirán que es una niña. Incluso la ropa unisex para niñxs está fuertemente generizada por los colores e imágenes. Para niñxs trans puede ser extremadamente estresante ser forzadx a cortar su cabello, o exigirles dejarlo crecer. Negarle vestidos a una niña trans, o forzar a un niño trans a usarlos, puedez ser debilitante a su moral.